“Soy la uva vengo mas allá del paraíso. Las primeras auras del mundo me dieron sus galas. Las aves al nacer, me saludaron con sus trinos. Llevo en mi pulpa el dulzor de los primeros labios de mujer. Soy carne del pudor. Soy el placer de todas las bocas. Las abejas recogen mis mieles y soy el tesoro de los colmenares, en todos los huertos he sido la reina y en todos los caminos he brindado la salud y la alegría. Nací negra en las vertientes del Nilo, en Alejandría me doro el sol y en el occidente las princesas rubias me brindaron sus rubores. Fui cristiana en los valles del Jordán y me hice mora en las campiñas de granada. Siempre la humanidad toda me ha proclamado la mas venturosa, la elegida”.
Nos demuestra la historia
que la uva siempre fue un manjar y deleite apetecido de naciones y pueblos,
reyes y profetas. Aquellos lugares geográficos donde se da la uva son de un
clima tal que resultan idílicos como son las hermosas costas mediterráneas de Italia,
Yugoslavia, España así como al norte de África la producción de uva es
abundante como también en las fértiles campiñas de Francia, Hungría y Alemania. Ahora bien en donde también
podemos disfrutar de este magnético fruto en los feraces campos de California,
México, Perú, Chile, Argentina, Brasil.
Existen variedades de uva
que se diferencian por el color; blanca,
negra, amarilla moscatel o rosada; por el sabor, acido, dulce, variedad que le
brinda la tierra de procedencia. Su consumo es benéfico para sanos y enfermos,
para niños, adultos o ansíanos ya que posee esplendidas cualidades alimenticias
y de salud.
La uva posee mayores y
variadas propiedades químicas como son: la fructuosa, levulosa, tanino y sobre
todo glucosa que viene de tal forma integrada y preparada por la naturaleza que
el organismo la asimila sin esfuerzo digestivo alguno. Las sales de potasio,
calcio, magnesio, fosforo, hierro y las vitaminas
A, B y C que contiene la transforma en
un poderoso energético que favorece el trabajo muscular intenso.
Su alto valor nutritivo es
superior a cualquier otra fruta fresca y jugosa; cubre perfectamente las
necesidades del ser humano por lo tanto es útil para deportistas, niños en
etapa de desarrollo, mujeres en periodo de gestación y para madres que amamantan a su bebé ya que
contiene un alto contenido en hierro, cobre y magnesio es benéfica para la
formación de hemoglobina, la riqueza en vitaminas la destacan como antineuritica
y antiescorbúticas, sus ácidos orgánicos, málitico y tánico evitan la acidosis
en la sangre y determinan su alcalinidad que debe ser su estado normal, prolongando
por eso la juventud y retrasando la vejez; ayuda a corregir el estreñimiento así
como para personas con problemas de reumatismo, artritis y con deficiencia
renal.
Un dato curioso si nosotros consumiéramos
un kilo de uvas, este produciría más calorías que un litro de leche.
Un consejo 1:
Consume y disfruta las uvas
con su piel y semillas, ya que estas cuentan con un alto índice de propiedades.
Prepárate un jugo alto en
vitamina C.
5 Uvas.
5 Fresas.
5 Frambuesa o zarzamora.
1 Vaso de jugo de naranja.
Miel de abeja.
Licua perfectamente bien
todos los ingredientes, no lo cueles ya que obtendrás cantidad suficiente de antioxidantes.
Si tienes problemas con la glucosa no lo consumas ya que la miel, naranja y
uvas tiene azucares naturales o lo que puedes hacer disminuir a 3 uvas, divide
el vaso de jugo de naranja con agua sin miel
y listo.
Consejo 2.
Si la piel de tu cara es
grasa, lávala con jabón neutro y utiliza un pedazo de algodón y unas gotas de
vino sea este blanco o rojo y aplícalo en tu cara durante 10 minutos y después enjuaga
con agua fría, realiza esto una vez por semana y listo darás lozanía, frescura y
evitaras el brillo de tu cara.
Consejo 3.
Mascarilla rejuvenecedora.
6 uvas.
1 cucharadita de avena.
1 cucharada de miel de
abeja.
Licua perfectamente coloca
la mezcla en un contenedor pequeño agrega la miel, aplica perfectamente en la
cara durante 15 minutos enjuaga con agua fría, realiza esto cada semana.
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